Esta casa se ubica en la cuenca del Lago Ranco, específicamente en la localidad de Futrono, que se caracteriza por ser una zona maderera, sus coloridas construcciones  muestran la rigurosidad y respuesta frente al clima; grandes aleros e innumerables capas de pintura las protegen de la lluvia.

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El análisis de este sistema constructivo local junto con la adaptación de los requerimientos propios del encargo dieron forma al proyecto. Como estrategia principal, se decide distribuir los programas de forma lineal en dos niveles, el cual se quiebra para adaptarse a la cota natural del terreno y a su vez, separar las habitaciones de invitados del volumen principal.